lunes, 29 de febrero de 2016

Alfredo Barnechea: Será el fin del modelo al servicio de los grandes intereses

Alfredo Barnechea afirmó que su gobierno pondrá fin al modelo actual que está al servicio de los grandes intereses.
“No es posible que los bancos cobren tasas de interés del 150%, que el gas lo vendan a 35 millones al año, que es una burla; si quieren eso ahi está Keiko.

Augusto Rey: Alfredo Barnechea ha sido muy claro, cree en el libre mercado

Sí hay diferencias en materia económica entre los planes de gobierno de Alfredo Barnechea y Verónika Mendoza, sostuvo el candidato al Congreso por Acción Popular, Augusto Rey, tras justificar el hecho que ambos candidatos no vayan juntos en esta contienda electoral.
“[¿Por qué Alfredo Barnechea y Verónika Mendoza no fueron juntos si tienen el mismo programa de gobierno?] No lo sé, no estuve al tanto de las conversaciones entre ambos candidatos. Creo que sí hay algunas diferencias entre Alfredo Barnechea y Verónika Mendoza, vinculadas al rol del Estado en ciertos sectores y, luego, también en la dinámica misma de los mercados”, declaró en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.

Alfredo Barnechea en Cañete

El candidato presidencial del partido político Acción Popular Alfredo Barnechea, llegó ayer a la provincia limeña de Cañete como parte de su gira proselitista.
Acompañado del congresista Víctor Andrés García Belaunde y de un grupo de sus simpatizantes, recorrió calles, plazas y mercados de la provincia de San Vicente de Cañete, región Lima.

Alfredo Barnechea según Roberto Bermudez

Es poco común en el Perú, inaudito, para ser preciso, la aparición de un intelectual veraz en el radio de la política nacional ─tienda de la barbarie─ donde todo lo insano convive en tolerancia y legalidad y se fermenta en espectáculos brutales de degradación.
Alfredo Barnechea encarna este lugar central, el del generador y defensor de las ideas, el del expositor capaz de hacer del lenguaje una herramienta de comprensión; puente sutil por donde transitan con claridad y elegancia sus axiomas.

Alfredo Barnechea: La política del piloto automático no funciona

Alfredo Barnechea, manifestó que si gana las elecciones apostará por la expansión de la infraestructura para dinamizar la economía y lograr que el Perú sea un país industrializado. Esto, en el marco de su campaña, en estas Elecciones 2016.
Alfredo Barnechea precisó que el Perú es una economía excesivamente atada a materias primas, y se debe optar por otras opciones orientadas a obtener más empleos y desarrollo sostenible.

Alfredo Barnechea pidió al JNE regular a las encuestadoras

Alfredo Barnechea, pidió a la máxima autoridad electoral regular a las empresas encuestadoras.
Durante un mitin que realizó en la ciudad de Tarapoto, el candidato indicó que las encuestadoras está cometiendo un fraude a la opinión pública.
En ese sentido, recordó que una situación similar ocurrió durante el año 2000 y 2011.

Silvia Núñez votaría por Alfredo Barnechea

Jaime Bayly anunció esta semana que en las elecciones generales del 10 de abril respaldará a Keiko Fujimori, aspirante a la presidencia por Fuerza Popular. Sin embargo su pareja, la joven escritora peruana Silvia Núñez, votará de forma distinta.
Para que dé a conocer por quién votará Núñez, el periodista la invitó a su programa de la televisión estadounidense. “Lo importante es que Silvia y yo somos un matrimonio moderno. Yo pienso votar por Keiko y tú no, ¿verdad?”, le preguntó Bayly a la madre de su hija.

Alfredo Barnechea en Ica, por Diego Alarcón Donayre

Un candidato de otro tiempo vuelve a casa.
El 11 de Diciembre de 1965, Alfredo Barnechea no fue al colegio. Su padre le dijo que se pusiera terno. «Vas a conocer al presidente Belaunde», agregó. Ese día era el único niño, el único niño con terno. Fernando Belaunde llegaba a Ica para inaugurar el Hospital Regional. Quizás por eso, por ser el único niño, el único niño con terno, se le acercó. Cincuenta y un años después, Alfredo Barnechea regresa a Ica con el legado de Belaunde sobre hombros, legado que él mismo se ha puesto encima, para impulsar una campaña electoral que, aunque a destiempo, empieza mover las corrientes del electorado.

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Son ahora las doce y media del miércoles 17 de febrero del 2016 y, fuera del local de Acción Popular, todo se mueve en la normalidad más estereotípica: no hay camionetas repletas de publicidad, no hay estrados en proceso de construcción, no hay anfitrionas repartiendo volantes. Este local ya lo conocía, en algún momento había ingresado para discusiones de política universitaria, pero lo recordaba distinto. Lo recordaba con pequeños agujeros en sus paredes de adobe, lo recordaba percudido por el polvo, con un techo de caña al que el viento perdonaba la existencia en cada paraca, pero sobre todo recordaba la cara de Fernando Belaunde difuminada por la lluvia, en expresión sombría, como si una eterna parálisis le hubiese deformado el rostro, casi una metáfora perfecta del estado de Acción Popular. Ahora brillaba, el rojo del que habían pintado el local no era un rojo comunista, no era un rojo tan cargado, tampoco un rojo meretricio; era un rojo que casi parecía esa tonalidad que toda llama de fuego lleva en su núcleo. Por dentro, sin embargo, el ambiente seguía siendo el mismo. Esta fue la primera vez que pensé que lo de “sin millones, pero sin ladrones” se traducía en una realidad que distaba mucho de los efectos que puede producir como marketing. Dentro, un grupo de cuatro o cinco jóvenes armaban banderas, acomodaban volantes, sacaban polos.
Poco después del mediodía, dos viejitos ingresaron. Uno de los viejitos resultó ser candidato al congreso. Traía un pantalón beige, un polo guinda de cuello y un bigote legítimamente aviliano. Ya está llegando, dijo sin destinatario aparente. Vamos. Y así fue como terminamos en un taxi camino a Guadalupe, destino al que nunca llegamos porque, a medio camino, nos llamaron diciendo que ya no, joven, que vayan de frente a la radio, que ahorita llegamos. Desde el cinismo, una sospecha emergió: en realidad, se van a almorzar.
De modo que llegamos a la puerta de la radio De Recuerdos. Esta radio, como sabe cualquier iqueño que se moviliza en colectivo al mediodía, tiene a Juan Díaz como gancho. Juan Díaz, en su programa El Francotirador, es una suerte de Sinchi criollo que se ha convertido en ídolo de amas de casa, mototaxistas y colectiveros. Si Barnechea era el patán alzado que algunos dicen que es, aquí lo iba ver, a todo color. Los minutos pasaban, éramos cuatro jóvenes fuera de la radio, un par de banderas y ni nos habían traído agua. «Este es el problema de no ir con Acuña», dijo uno, y reímos. Habrá pasado media hora hasta que dos camionetas doblaron la esquina, con dirección a la Radio. La pelada reluciente de Victor Andrés García Belaunde confirmaba la sospecha. Alfredo ingresó rápido y dos camionetas más, una de prensa y otra de campaña, llegaron también. La radio, en realidad, era un departamento dentro de un edificio de cinco pisos. En el cuarto piso, esperaba Juan Díaz. Hasta aquí no había tenido problema alguno, pero cuando un grupo, entre simpatizantes, periodistas y gente de campaña, se amontonó en la puerta de la cabina, no me quedó otra que sentarme a escuchar la entrevista en una sala contigua. Y ahí me hubiera quedado de no ser por un suceso que denominaré: El caso del hombre de la lampa. El hombre de la lampa era un tipo al que, según me informaron después, nadie conocía en el partido, pero que se las había arreglado para entrar a la radio, entrar a la cabina y, en un momento de figuretismo desbordado, lanzar un “ac-ción po-pu-lar” en medio de la entrevista, a lo que Alfredo, con voz más grave de lo normal, respondió: “Oye, no, no, esto es una entrevista, no empañemos la neutralidad de la radio”. Desde ese momento la política fue que sólo los periodistas entraran a la cabina. En estricto, no podía pasar por periodista, no tenía ni carnet, ni polo, sólo mi morral y mi celular. Sin embargo, nadie me dijo nada. Ingresé, saqué mi celular, empecé a grabar y traté, en lo posible, de no respirar.