jueves, 3 de marzo de 2016

Alfredo Barnechea: ¿el segundo outsider? - Por Paolo Benza

El candidato de Acción Popular multiplicó por diez su intención de voto entre enero y febrero. Este es el análisis de por qué sube y hasta dónde podría llegar.
Un abismo simbólico –cada vez más ancho– divide desde enero el terreno electoral. A sólo seis semanas de las elecciones, los analistas coinciden en que la paleta de candidatos ha quedado escindida en dos flancos claramente reconocibles. En medio, una idea clave los separa: el cambio. “Por un lado están los candidatos que representan al cambio: Acuña, Guzmán, Barnechea y Mendoza; por el otro, los del no cambio: Fujimori, PPK, García y Toledo”, explica Luis Benavente, director de la consultora en comunicación y marketing Vox Populi.
Estos dos flancos se mueven en direcciones opuestas. Mientras que los candidatos del cambio crecieron de manera significativa entre enero y febrero –excepto César Acuña, cuya subida inicial fue contrarrestada por las denuncias de plagio en su contra–; los candidatos del no cambio cayeron o se estancaron dentro del margen de error, con tendencia a la baja. Según cifras de CPI, la relación entre la intención de voto de los candidatos del no cambio y los del cambio pasó de 2.4 en enero a sólo 1.4 en febrero (de 55.6% vs. 22.9% a 48.7% vs. 33.5%). Esto pese al desplome de Acuña, que cayó ocho puntos entre ambos sondeos.
De los candidatos que representan al cambio, Julio Guzmán es el que más exposición mediática ha tenido en los últimos meses, pues pasó de 5% en enero a 18.3% en febrero. SEMANAeconómica analizó de cerca su campaña (ver aquí, aquí y aquí). Sin embargo, hay otro candidato que viene creciendo de la mano de la demanda de los votantes por algo diferente. Alfredo Barnechea multiplicó por diez su intención de voto –de 0.4% a 3.8%, según CPI– de enero a febrero. El aspirante de Acción Popular siguió un camino similar al de Guzmán: su salto inicial fue en Lima, en el sector urbano y entre quienes usan redes sociales, de acuerdo al desagregado de Ipsos. ¿Estamos ante el fenómeno de un segundo outsider?

EL CANDIDATO: VENTAJAS Y DEBILIDADES
Según Milton Vela, director de la consultora en reputación y marketing Café Taipá, Alfredo Barnechea tiene dos fortalezas desde el punto de vista de las comunicaciones. “Aunque lo hayan tratado de vincular con el tema de petroaudios, se le percibe como un hombre honesto. Además, tiene un discurso articulado y consistente, y la personalidad suficiente para defenderlo. Recordemos la entrevista con Jaime De Althaus, en la que hizo quedar al entrevistador casi como un ignorante en el tema del gas”, explica.
Del otro lado, Vela identifica una desventaja: “la distancia con el pueblo”. En esa línea, Alfredo Barnechea corre el riesgo de ser víctima del ‘efecto Vargas-Llosa’: que su imagen aristocrática y adinerada le impida conectar con los electores de menor nivel socioeconómico y de las zonas rurales, a los que aún no ha llegado. “Barnechea debe ir a los pueblos, como ha empezado a hacer. Y allí lo más importante es que su contacto con la gente se vea verosímil”, opina Vela. El politólogo y blogger de SEMANAeconómica Mauricio Zavaleta, sin embargo, considera que “Barnechea puede llegar a las zonas rurales, como lo hacía Fernando Belaúnde, pero es muy difícil que llegue a la periferia urbana [zonas como Huaycán, Puente Piedra, etc.]”.

LO POLÍTICO: MARCA Y MAGIA
El discurso de Alfredo Barnechea en estas elecciones está situado entre el centro y la centroizquierda, según los analistas consultados. Desde el comienzo de la campaña, planteó “un nuevo pacto con las industrias extractivas” y tomó como bandera la renegociación de los contratos de exportación del gas de Camisea. “Barnechea no cuestiona la economía de mercado desde el punto de vista ideológico, como Verónika Mendoza, pero su gran diferencia con Guzmán es que propone un Estado más equilibrado, más fuerte y más al medio”, afirma Luis Benavente. Haberse ubicado al centro de los otros dos candidatos del cambio con tendencia creciente –Guzmán y Mendoza– terminaría siendo un elemento positivo para su candidatura.
Los otros dos activos políticos de Alfredo Barnechea estarían más allá de lo programático. El primero es la marca que lo respalda. “Acción Popular es un partido que todavía tiene cierta fuerza en el Perú. Quienes ahora son abuelos han vivido a Acción Popular en su juventud y la transmiten a sus nietos. Eso le da una base juvenil interesante”, dice Benavente. Y si bien Zavaleta considera que el partido de la lampa ya no tiene peso real en la escena política peruana, hace un paralelo ilustrador: “Acción Popular es como el Deportivo Municipal de la política. Tiene un grupo de militantes muy mayores y fieles al partido, y su marca es querida por una buena porción de la población”.
El segundo factor se explica en lo que Benavente llama el “mito del eterno retorno, en un país con actitudes políticas magico-religiosas”. “El caso paradigmático es el de Benazir Bhutto en Pakistán, cuyo padre fue primer ministro y gobernó con apoyo popular. Bhutto padre fue ahorcado, pero su hija fue elegida primera ministra del país siguiendo su estela de popularidad. Si bien en el Perú ese caso se relaciona mucho más con el de Keiko Fujimori, en Barnechea hay un componente mágico-religioso de evocación a la figura de Belaúnde”, explica. Zavaleta coincide en que el factor añoranza es importante. “Más allá de la organización de su partido, le sirve la nostalgia de Belaúnde. Por eso en Cusco fue tan bien recibido; Cusco votó por Belaúnde en los sesenta y ochenta”, comenta.

¿HACIA DÓNDE VA?
Gonzalo Zegarra, director de SEMANAeconómica, comentó que los problemas con su candidatura le han dado a Julio Guzmán un momentun mediático que le sirve para sostener su intención de voto, que –por lo demás– es sumamente volátil. En análisis anteriores, SEMANAeconómica advirtió que el fuerte crecimiento de Guzmán tan lejos del día de la elección encerraba otro problema: el candidato se convertiría en blanco constante de los ataques de sus competidores. “El nivel de ataque de las últimas semanas ha sido brutal. Me parece que Guzmán va a bajar”, opina Milton Vela.


¿Podrían migrar los votos de Guzmán a Barnechea? De acuerdo a Ipsos, si Guzmán no participara en las elecciones, el 17% de su intención de voto pasaría a PPK, el 14% a Keiko Fujimori, 13% a César Acuña, 12% a Verónika Mendoza y 10% a Alfredo Barnechea. Estas cifras –cuyo trabajo de campo fue entre el 13 y el 18 de febrero– indican que aún prevalece el criterio ideológico en la migración del voto. Sin embargo, si se retoma la tendencia anteriormente descrita –los candidatos que proponen el cambio son los que vienen creciendo– y dada la volatilidad del elector peruano, Barnechea sí podría aprovechar la caída de Guzmán. “Barnechea puede capitalizar mejor que otros candidatos los votos de Guzmán, pero no lo veo pasando el 15%”, opina Zavaleta. “Barnechea podría canibalizar los votos de Guzmán, pero para que éste caiga tienen que haber pruebas contundentes en su contra”, agrega Vela.
La evolución de Alfredo Barnechea tiene hoy las mismos características que tuvo la candidatura de Guzmán hace dos meses: es un candidato capitalino, urbano, y popular entre los usuarios de Internet, según Ipsos. El riesgo también es similar: ¿cómo crecer en otras zonas geográficas y estratos socioeconómicos? Sí es posible: el propio Guzmán ha llegado a tener más intención de voto en el interior que en Lima (20% vs. 16%), y más en el interior rural que en el urbano (22% vs. 19%), según Ipsos.
En terreno electoral dividido, Alfredo Barnechea parece avanzar por la misma trocha que abrió Julio Guzmán hace dos meses. Este camino ya probó efectividad. Ambos candidatos, sin embargo, poseen características particulares que los diferencian. Resta ver si el sendero es lo suficientemente ancho para albergar a dos outsiders hacia el final de la carrera.
Fuente: Semana Economica

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